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TALLER FAMILY GAMES: “CON EL MIO CUERPO VIVO”

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
“CONTENCIÓN”

 

Una reunión, una puesta en común de términos y conceptos, una breve lectura y una búsqueda del nostro corpo. Acabaría aquí este texto si en él se aplicara la síntesis y el minimalismo creador de los que Cristina Reggio habla en su taller “FAMILY GAMES #3: IL MIO CUERPO VIVO”. El objetivo perseguido es que los asistentes logren un momento de encuentro consigo mismos. Un instante de pureza destilada durante el que hacerse conscientes de la propia identidad. Un proceso necesariamente introspectivo, que evita a toda costa el mínimo exceso de expresión emocional: se emplea el cuerpo como la medida que impide salir a la emoción, permitiendo recrearse en ella y entrar en un estado reflexivo y contemplativo, como un paseo rebosante de pausa y sublimación ante cada mínimo detalle.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

De este ritual del “Paseo” habla el libro así titulado de Robert Walser, con el que se abre el taller. La dinámica se traslada de un paseo a la casa: la sesión está dedicada a recrear a nivel abstracto, a simbolizar icónicamente, a representar la casa de cada uno. ¿Qué significa el hogar? ¿Dónde vivo? ¿En qué ciudad? ¿En qué casa? Pero se puede continuar la contracción espacial: ¿En qué sala vivo? ¿En qué espacio de esa sala? Incluso más concretamente: ¿En qué acción concreta vivo? ¿Quizá entrar al vestíbulo y disfrutar un segundo del olor de mi casa? ¿Hablar con mi familia en la cálida sobremesa de la cena? ¿Subir a mi tejado y otear el firmamento nocturno? Respondidas las cuestiones, y a ritmo de paseo dominical, los asistentes se disponen uno por uno a recrear con el inmediato uso de su cuerpo esa supresión de realidad que encarna su casa. Límites marcados con cinta en el suelo para generar una mínima referencia ambiental, y una profesora subida en una mesa con una cámara que filma los momentos abstraídos.

El movimiento es mínimo, pero patente. La velocidad es lenta, porque así es como se logra alcanzar niveles catárticos con la más ínfima de las acciones, con algo de lo que quizá no se nos había ocurrido enamorarnos. Desde semejante punto de vista, la visión del mundo cambia: un ser capaz de ver belleza en los límites de la ausencia, ¿Qué no sentirá cuando la complejidad vaya creciendo?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Al final del taller, se visualizan los vídeos. Cuantitativamente, es poco lo que se ha producido: alrededor de un minuto cada asistente. Pero ella lo ha puesto en sus manos, y de ellos ha dependido que la experiencia haya sido de gran aprovechamiento. Reggio invita a que apliquen esta dinámica en otras ocasiones, por su cuenta, con otras personas. Algún asistente se pone esa misma noche a montar los vídeos. Con música, la extrema sencillez de su estética los acaba de elevar hasta la autenticidad más llena de significado, aunque contenido. Un taller de exploración personal, experimentación visual y producción artística, traído de las manos italianas de una maestra de la intuición, el pensamiento y las emociones.

Fotografía: Alberto Monreal
Fotografía: Alberto Monreal
Fotografía: Alberto Monreal

Fotografía: Alberto Monreal

Fotografía: Alberto Monreal

Fotografía: Alberto Monreal

Fotografía: Alberto Monreal

Fotografía: Alberto Monreal

Fotografías: Alejandra Pérez Pire

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